viernes, 28 de agosto de 2009

Nuevos Cineastas Latinoamericanos: Paz Encina (Paraguay)

Paz Encina nace en 1971 en el Paraguay, un país con una historia cinematográfica muy limitada. Como lo de ella era el cine, se va a Argentina a estudiar en la Universidad del Cine de Buenos Aires, institución en la que consigue licenciarse en Cinematografía en el año 2001. Pero desde 1996 ya había empezado a obtener aclamación y galardones con cortos como "Rastros", "La siesta", "Los encantos del jazmín" y "Supe que estabas triste". Gracias a ese temprano éxito, logró atraer la atención de productores internacionales de la talla de Lita Stantic que la ayudarían a realizar su primera película.

La Hamaca Paraguaya (2006), primer película hablada en guaraní, se desarrolla íntegramente en un solo día, de amanecer a anochecer, en un aislado paraje selvático del Paraguay. El año es 1935 y la Guerra del Chaco, entre Paraguay y Bolivia, se encuentra en su etapa final. Nuestros protagonistas, Cándida (Georgina Genes) y Ramón (Ramón del Río), son una pareja de ancianos cuyo hijo, Maximiliano, se marchó con el ejército para combatir en la guerra. La mayor parte del día la pasan discutiendo acerca del paradero de su hijo, el extenuante calor que los envuelve, la perra que no deja de ladrar y la tristeza que los embarga a ambos. En el transcurso del día, se darán cuenta que la Guerra ya ha terminado y que su hijo nunca volverá a su lado.

Este filme ha sido reconocido por emplear un lenguaje visual muy riguroso y restrictivo, con un número muy limitado de planos y encuadres y una cámara completamente estática; durante más de la mitad de la película lo único que vemos es una lejana toma estática del claro en la selva en el que está colgada la hamaca. Los diálogos (todos en guaraní) aparecen solamente en voice-over, incluso los personajes nunca mueven sus bocas en cámara (aún cuando están hablando). El efecto es un poco desorientador, resaltando una falta de unidad interna, tal vez causada por la muerte del hijo soldado (el cual también tiene una aparición exclusivamente vocal que se podría describir como fantasmal).

La rigurosidad continúa con la cara de los dos personajes, las cuales nunca aparecen en close-up y lo más que vemos de ellas son tomas de perfil. Nunca vemos a los personajes de frente, la mayoría de tomas se encuentran a una distancia que hace difícil distinguirles los rasgos. Esto puede ser un comentario acerca de cómo los paraguayos, al prácticamente no tener un cine nacional, no tienen una cara ante el mundo exterior. O a lo mejor para indicar que estos dos personajes no son solo individuos sino que son representativos de toda la paraguayada, con su melancólico y colectivo anhelo por un futuro mejor. Lo que es cierto es que la relativa radicalidad formal de la película no está ahí por pura indulgencia sino que es el cimiento que sostiene toda la película.

Claro que Hamaca Paraguaya no es solamente una película aplaudible por su austeridad formal. El relato del filme vale la entrada por sí mismo, una conmovedora historia acerca del paso del tiempo, la desesperanza, la melancolía y la mortalidad contada de la manera más simple posible: con la incesante discusión de dos viejos cuyo deseo por la vida parece haber terminado y que parecen unirse solo por medio de la hamaca paraguaya, el símbolo del puente entre la vida y la muerte. Paz Encina ha comentado en entrevistas que en su película buscaba representar el temperamento del paraguayo: tranquilo y melancólico. Esa impresión es lo que nos queda después de ver Hamaca Paraguaya la cual cierra, en sus últimos segundos, con una tormenta que se avecina. Premonición tal vez de que, a pesar de que la Guerra ha terminado, los problemas para el Paraguay están lejos de resolverse.

La Hamaca Paraguaya ha sido presentada como la primera película producida en Paraguay desde los 70’s y la primera en haberse estrenado en Cannes. Investigando un poco más, me encontré con otras películas paraguayas (algunas en coproducción con Brasil) que se han filmado desde los años noventa. Pero encontrar algo de estas películas en la Internet es prácticamente imposible. Sospecho que en el mismo Paraguay las cosas no deben ser muy diferentes. Algo que no debería sorprender ya que, si consideramos su pobreza y estrecho mercado interno, Paraguay no es un país optimo para servir de terreno fértil para una industria cinematográfica. Aún así, cada pueblo se merece un cine nacional, un cine que permita darle una cara humana de ese país al resto del mundo. Paz Encina ha empezado ese proceso con su sobresaliente Hamaca Paraguaya, una de las mejores películas latinoamericanas de los últimos años y un más que digno debut del Paraguay en la escena cinematográfica internacional.

Encina se encuentra trabajando actualmente en su segunda película, "La belleza de la infancia".

miércoles, 12 de agosto de 2009

Jammin' No. 1: Radio Alice

Hace unos días vi la aclamada cinta italiana Il Divo, basada en la vida política de Giulio Andreotti, siete veces primer ministro de Italia durante la Guerra Fría. Más allá de que todavía estoy debatiendo a lo interno los meritos de la película (pasé de considerarla superficial a tenerla como una de las mejores películas que he visto recientemente), me llamó mucho la atención la banda sonora compuesta por el italiano Teho Teardo. Después de darme una vuelta por su página web, me encontré con que también había compuesto la música para otra película tana llamada Lavorare con Lentezza. Un impulso me llevó a bajar la película sin saber nada de ella.

No voy a hablar mayor cosa de la película porque ese no es el punto de esta entrada. Basta decir que a la película la disfruté harto; bien actuada, con fino guión co-escrito por los Wu Ming (un aclamado colectivo de escritores italianos cuyos trabajos se ven muy interesantes) y con una cinematografía granulada y oscura que le da un toque de "viejo" que me vuelve loco. Fiel a la tradición de Wu Ming, cuyos libros están disponibles para bajar gratuitamente en su página de internet, Lavorare con Lentezza también se puede bajar sin remordimiento de conciencia (ja!) aquí.

En todo caso, todo esto lo menciono con el fin de apuntar que el principal tópico de Lavorare con Lentezza es Radio Alice, la primera radio clandestina "mao-dadaísta" de Italia que nació, vivió y murió en la ciudad de Bologna durante los años 70 y que se dedicó a esparcir el evangelio de la emancipación sexual, la lucha contra la explotación obrera (Lavorare con Lentezza, o Trabajen Despacio, era una canción favorita de la emisora que llamaba a resistirse al trabajo) y, no podía faltar, la revolución contra el mundo burgués. La emisora en general representaba los puntos de vista del movimiento autonomista italiano que tuvo gran auge en la izquierda italiana durante los años de la "strategia della tensione". La estación eventualmente fue cerrada por ordenes de los carabinieri luego de una serie de confrontaciones violentas en la Universidad de Bologna que acabaron con un estudiante muerto (evento que es retratado en la película).

Radio Alice, como muchas otras de las expresiones contraculturales de su época, buscaba provocar a los conservadores y llamar a un cambio radical en las relaciones económicas y políticas: las clases obreras, explotadas por tantos años, debían tomar el control del poder. Su gran contradicción radicaba en que la mayoría de los entusiastas colaboradores de la radio eran jóvenes burgueses que, después de recibir la mejor educación que el dinero pudiera comprar, decidieron rebelarse contra la sociedad que los había criado. Y una revolución liderada por pretenciosos burgueses arrepentidos nunca iba a poder funcionar. A las clases trabajadores poco les importaba Dada o Mao o el sexo libre o la música psicodélica. Y es esa falta de conexión entre ambos grupos lo que llevó al fracaso de muchos de estos movimientos contraculturales.

Pero si bien el valor político revolucionario de estas propuestas ha sido mínimo, siempre me ha llamado mucho la atención su carácter artístico-estético-cultural. Radio Alice podrá haber hecho poco o nada para encender los fuegos de la revolución proletaria pero, como se muestra en la película, era un brillante espacio para una creatividad excéntrica y un vanguardismo que no tenían cabida en los medios comerciales. De las radios clandestinas actualmente queda muy poco. El advenimiento de la internet le ha brindado amplias herramientas a las personas para comunicarse con el resto del mundo. Ahora todos podemos tener blogs, colgar videos, producir podcasts e incluso mantener estaciones de radio por internet. En los años 60's o 70's tales facilidades no existían por lo que subvertir el monopolio comunicativo que ostentaban la radio, la televisión y el periódico era todavía más difícil y exhilarante. Lavorare con Lentezza logra capturar las (des)ilusiones de estas aventuras radiofónicas de manera muy amena.

Aún así, la radio no está muerta. En zonas rurales y países en vías de desarrollo a los que la revolución tecnológica no ha llegado con tanto ímpetu, las radios comunitarias siguen siendo una de las más efectivas fuentes de comunicación alternativa de índole social, política y artística. Pero un mayor análisis de ese fenómeno quedará para otro momento.

Por ahora, lléguenle a la atmosférica música de Taho Teardo mientras se leen un libro de Wu Ming y mensajean a los amigos para invitarlos en la noche a ver Lavorare con Lentezza. Por ahí a lo mejor se inspiran y empiezan una radio, eh. Y si saben italiano, o simplemente les interesan este tipo de cosas, por aquí y por acá pueden encontrar más información y audio de Radio Alice, incluidos clips de su primera y ultima transmisión.


miércoles, 5 de agosto de 2009

Nuevos Cineastas Latinoamericanos: Chile

Tony Manero (Pablo Larraín, 2008)

Santiago, 1978. Estamos en plena dictadura de Pinocho y en el apogeo de su represión de disidentes al régimen pero, para Raúl Peralta (Alfredo Castro), un hombre taciturno e intenso de unos cincuenta años, lo más importante no es la política, sino una película. Saturday Night Fever, para ser exactos. Decidido a imitar perfectamente todo los movimientos de Tony Manero, el personaje interpretado por John Travolta en esa película, Raúl visita diariamente el cine local en el que, acompañado con su traje de Tony, recita en voz alta todos los diálogos de la película al mismo tiempo que estudia las rutinas de baile. Esto porque Raúl planea realizar una presentación coreográfica basada en la película en el pequeño escenario del bar-pensión en el que vive Para asegurarse de que tal presentación sea lo más exitosa posible, Raúl no se detendrá ante nada ni aceptara un no como respuesta. Aunque eso implique que tenga que recurrir al homicidio.

Raúl es un personaje inescrupuloso, frío y sin emociones que aún así pareciera tener un magnetismo que lo hace atractivo ante la gente. O por lo menos ese es el caso con las tres mujeres con las que vive quienes lo desean (inexplicablemente). sexualmente. lnescrupuloso pero atractivo? Suena familiar? Suena a típico dictador, suena a Pinocho. Raúl es el prototipo de hombre fuerte que nace en un ambiente de represión y autoritarismo. Individualista (él TIENE que ser el mejor imitador de Tony Manero), impune (comete sus asesinatos sin que nadie lo culpe de ellos), opuesto al cambio (rompe en furia cuando el cine deja de presentar Saturday Night Fever), obsesionado con las influencias externas (creo que ya quedó claro que el tipo es un imitador de Tony Manero) e incapaz de mantener relaciones afectivas (se muestra indiferente ante las mujeres que se sienten atraídas por él).

Y el resto de personajes? En realidad, no son muy diferentes. Obviando el comportamiento destructivo de Raúl, los demás miembros de la casa se sienten atraídos ante su virilidad (aunque irónicamente al tipo ni se le para) y combatividad. Y cuando no están tratando de llevarse a la cama a Raúl, prefieren ver shows de variedades en la televisión y montar coreografías de películas estadounidenses antes que actuar en contra del régimen (con la excepción de uno de los personajes, al cual Raúl casi que literalmente le caga encima). Visualmente, la película está filmada con cámara handheld y una iluminación oscura que le da un toque de claustrofobia muy apropiado. El mensaje es claro. Una sociedad que prefiere mirar al otro lado en vez de denunciar la impunidad es terreno fértil para la aparición de un ser humano inmoral.

Esta es la segunda película de Larraín. Anteriormente había debutado en el 2006 con Fuga.

La Sagrada Familia (Sebastián Campos, 2004)

Es Viernes Santo en una casa de playa en la costa chilena. Marco (Néstor Cantillana) y sus padres esperan la llegada de la novia de este, una estudiante de actuación llamada Sofía (Patricia López), quien pasará el fin de semana con ellos. Pero poco después del arribo de Sofía, la madre de Marco debe irse de emergencia a Santiago por lo que nada más quedan Sofía y los dos hombres, hijo y padre. Este ultimo empezará a sentir una atracción cada vez mayor por Sofía al mismo tiempo que Marco comienza a sentirse disgustado con el comportamiento provocativo de su novia por lo que busca la compañía de sus vecinos: la solitaria y callada Rita (Macarena Teke, mi futura esposa) y Aldo (Mauricio Diocares) y Pedro (Juan Pablo Miranda), una pareja gay en crisis.

Esta es probablemente la película chilena que me gustó más (sin que por eso sea la mejor, claro). Poco puedo hacer para resistirme ante este tipo de dramas medio romanticones que involucran a familias aburguesadas, locaciones atmosféricas y chicas sutilmente atractivas (ya mencioné a Macarena Teke?). Fuera de esos fetiches personales, el punto fuerte de la película es su naturalismo. Filmada en cámara digital y con la mayoría de diálogos improvisados, el filme tiene un carácter documentalesco muy marcado. Esto me parece bienvenido en este tipo de dramas familiares. Con eso no me refiero a que sea necesario que parezcan documentales pero si que tengan un naturalismo que nos permita pensar que estas personas puedan existir en vez de ser simplemente creaciones de un guionista.

Por ahí el punto débil de la película es que trata de incluir demasiados temas taboo en un solo paquete. El nombre de la película y el hecho de que sus acciones transcurran en un fin de Semana Santa evidentemente apuntan a criticar la doble moral en una sociedad que se dice públicamente religiosa pero que en el ámbito privado se comporta lejos del ideal católico. Pero el subplot de la pareja gay honestamente no va a ningún lado y pareciera ser incluido solo para molestar a los conservadores. Y bueno, hay un momento de la película en el que Marco se le viene en la cara a su novia. Pero eso ya es otro asunto.

Esta es la opera prima de Campos. Su segunda película, Navidad, fue estrenada este año.

En la cama (Matías Bize, 2005)

Daniela (Blanca Lewin) y Bruno (Gonzalo Valenzuela) hacen el amor apasionadamente en una habitación de motel apenas horas después de conocerse en una fiesta. Confrontados con tener que pasar todo el resto de la noche juntos, deciden empezar a hablar para conocerse un poco mejor. Para cuando amanezca y sea la hora de partir caminos, ambos habrán llegado a un clímax, no solo físico, sino también emocional.

En La Cama es un interesante experimento minimalista que bien podría funcionar de mejor manera como una obra de teatro (la trama de la película literalmente ocurre en una cama). Esto porque cinematográficamente no es muy interesante, el centro de atención son el guión y los actores. Más bien las pocas escenas en que el director trata de hacer algo “creativo” (como el uso de una split-screen) se sienten fuera de lugar. Los actores son adecuados, no tienen un exceso de carisma ni magnetismo pero son lo suficiente interesantes y realistas. El guión, lo principal, tiene altos y bajos. Las partes más emocionales suelen lograr su cometido, pero cuando los personajes hablan de banalidades para pasar el tiempo, pues uno desearía pasar el tiempo en otro lado. Al final, la película nos parece decir que no hay sexo sin amor. Lo uno es el complemente de lo otro. Y el sexo por puro placer carnal? Poco más que masturbación en pareja.

Esta es la segunda película de Bize. La primera, filmada en una sola toma ininterrumpida, fue "Sábado, una película en tiempo real"(2003). Su más reciente filme, ambientado en Barcelona, es Lo Bueno de Llorar.

Mi Mejor Enemigo (Alex Bowen, 2005)

Diciembre de 1978. Chile y Argentina están a días de comenzar un enfrentamiento armado por la disputa de la soberanía sobre un grupo de islas patagónicas. En el sur del país y cerca de la frontera con Argentina, una patrulla encargada con la misión de servir de avanzada para el ejército chileno rompe accidentalmente su brújula y se pierde en la inmensa monotonía de la Pampa. Sin saber si se encuentran en Chile o Argentina, deciden cavar una trinchera en espera de refuerzos. Pero, para su sorpresa, pronto encontrarán que una patrulla argentina se ha instalado a tan solo unos metros de donde se encuentran. Ambas patrullas, perdidas y sin saber exactamente cual es el estado bélico entre sus respectivos países, deberán escoger entre la cooperación o la hostilidad en medio de la soledad patagónica.

Para ser franco, las películas de guerra ya me tienen hasta el cuello. Y eso lo digo sabiendo que una de ellas, La Delgada Línea Roja, es (dependiendo al día) mi película favorita de todos los tiempos. Pero muchas películas de guerra se contentan con ponerte unas cuantas escenas épicas, muchas lagrimas, una decena de caras anónimas con casco con las que uno debería identificarse, un par de litros de sangre y empalagarte con el mensaje de que la guerra es fútil y estúpida. Y esta película nos dice lo mismo. La guerra es fútil y tonta porque en realidad todos somos hermanos. Nada nuevo. Claro, que en esta ocasión en realidad no hubo guerra. El conflicto chileno-argentino nunca estalló y ese es el punto curioso de este filme, ya que esa guerra-que-no-fue es un hecho que ha pasado desapercibido en los anales de la historia. Pero hasta ahí. llega lo interesante Si les gustan las películas pacifistas de guerra, no es mala opción. Está bien hecha, de eso no hay duda. Pero si ya están aburridos de ellas como yo, esta no aporta nada especial que no se haya visto antes.

Hasta el momento, esta es la única película de Bowen.

Paréntesis (Francisca Schweitzer y Pablo Solís, 2005)

Camilo (Francisco Perez-Bannen) tiene 28 años, sufre de insomnio, toma un coctel de pastillas cada mañana y trabaja por las noches en un negocio de video. Cansada de su actitud irresponsable e impredecible, su novia Pola (Sigrid Alegría) decide pedirle una semana de distanciamiento mutuo (el paréntesis del titulo) para reflexionar acerca de la dirección hacia la que va su relación. Camilo acepta deprimido resignándose a la idea de que ya perdió a la Pola. Pero durante esa semana, Camilo conoce a Mikela (Carolina Castro), una excéntrica adolecente de 16 años que le enseñará (sin darse cuenta) a vivir una vida más armoniosa, saludable y normal en cuanto a patrones de dormir se refiere.

Paréntesis se siente como una película realizada por estudiantes de cine recién graduados. Filmada en cámara digital y con poco presupuesto, Schweitzer y Solis condensan aquí todas sus influencias cinematográficas y todos los trucos que aprendieron en la universidad. Tanto así que da la sensación de que agotaron todas las herramientas del programa de software que utilizaron para editar la película. Pero no está mal, eh. La película se ve barata. Y la constante referencia a personajes del cine estadounidense ya perdió su gracia hace unos años (hay un personaje principal que es una obvia versión chilena de Silent Bob, por ejemplo). Pero es una película bonita con personajes excéntricos y entrañables (muy al estilo del cine indie gringo) pero que también explora, aunque no a mucha profundidad, el lado oscuro de esa excentricidad: los desordenes mentales (Mikela es esquizofrenica).

Este es el único largometraje realizado por ambos directores.

Play (Alicia Scherson, 2005)

Cristina (Viviana Herrera) es una enfermera indígena proveniente de las zonas rurales que cuida en un espacioso apartamento santiagueño a un moribundo anciano de descendencia húngara. Tristán (Andrew Ulloa) es un joven y exitoso arquitecto judío que acaba de ser abandonado por su esposa. A pesar de tener orígenes tan dispares, los caminos de ambos personajes se entrecruzarán cuando Cristina encuentra en la basura el maletín de Tristán y, con la información de él que encuentra ahí, decide empezar a seguirlo/espiarlo para averiguar más de este hombre tan diferente a ella.

De esta película no entendí nada. En serio, nada. Bueno, la película sí la entendí. Lo que no entiendo es el buen recibimiento que obtuvo (fue la película chilena más aclamada de su año) ¿Aparentemente la gente conectó con estos personajes? A mi me parecieron lo más aburridos del mundo. Imposible que me importara un comino lo que les pasara. A la esposa de Tristán (que supuestamente era la esposa perfecta y lo había dejado por ser un desinteresado) se le congelaba la sangre de lo fría que era. Tristán mismo era una hoja en blanco. Cierto, estaba sufriendo porque su esposa lo había dejado y su vida no iba a ningún lado. Pero no había mayor profundidad emocional, y la tibia actuación de Ulloa no ayuda en nada. Y Cristina, nuestra heroína, pues a la chica le gustaba Santiago. Y caminar. Y jugar Street Fighter. Y se sentía un poco sola entonces empezó a seguir a Tristán. Na’ más.

La película si le hace honor a su nombre, es juguetona. Algunas escenas tienen toques creativos (los tres personajes persiguiéndose sin darse cuenta, Cristina agarrando a golpes a una mujer como si fuera una pelea de Street Fighter). Y el filme nos deja con el mensaje perdurable de que los encuentros y separaciones de la vida son simplemente resultado de un juego de azar en el que un día nos podemos encontrar solo para nunca vernos más. Pero hasta ahí llega lo positivo que pude encontrar. A mucha gente le gustó, eso es claro, pero en lo que a mí me concierne, fue una perdida de tiempo.

Esta es la primera película de Scherson. Su segunda película, Turistas, fue estrenada recientemente.
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Próxima estación: el altiplano boliviano. Pero antes, una breve escala en Paraguay.