Ahora, no soy ningún experto en la historia del Congo, más allá de alguna ojeada en wikipedia y una que otra película. Aún así, no está de más decir que han sido unos 50 años bastante sufridos para la nación congoleña. Solo basta ver la cantidad de guerras y conflictos a las que se han tenido que enfrentar en los últimos 20 años, sin contar la pobreza, inseguridad y los gobiernos dictatoriales. Pero con la esperanza de que los próximos 50 años sean mejores, y aprovechando el post de Baloji en el que también mencionaba a Konono No.1, voy a postear tres de los trabajos artísticos no-musicales que más me han llamado la atención de este gran país centroafricano.
Primero está Patrice Lumumba, líder independentista del Congo y el primer Primer Ministro de esta nación en ser electo legalmente. Lumumba era un pan-africanista que denunció sin miedo la explotación colonial que sufrió su país durante el dominio belga (incluso frente a las narices del Rey de Bélgica) y que, durante su breve gobierno, luchó por mantener al Congo unido en tiempos de gran agitación. Después de tan solo 10 semanas de gobierno, fue derrocado y asesinado bajo circunstancias poco claras.
Raoul Peck, un cineasta de origen haitiano que vivió en el Congo durante su juventud, ha realizado dos películas acerca de Lumumba: un documental, Lumumba: La Mort du Prophete (1992), y un filme de ficción, Lumumba (2000). El documental no lo he logrado encontrar pero Lumumba si está disponible en la internet. No es una gran película y cae en algunas de las trampas en las que suelen caer este tipo de películas biográficas (simplificación, superficialismo, etc). Pero es una buena e interesante introducción a la vida de unos de los grandes líderes africanos del siglo pasado. La pueden encontrar para bajar aquí.
Segundo, tenemos a Sammy Baloji (sin relación con el rapero, que yo sepa), un fotógrafo y videoartista congoleño de 31 años de edad. Nacido en Lumumbashi, otrora centro industrial minero de la República Democrática del Congo, Baloji se ha dedicado a documentar la decadencia actual de su lugar de nacimiento y el legado colonial que todavía es posible observar. Su serie más aclamada, titulada Mémoire, superimpone fotografías de las minas abandonadas con imágenes en blanco y negro de los esclavos congoleños que fueron utilizados para trabajar en esas minas a inicios de siglo. Uniendo pasado con el presente, Baloji culpa tanto a las potencias coloniales como a las élites africanas post-independentistas por el estado de pobreza de su país. La serie entera se puede observar aquí (junto con el trabajo de muchos otros fotógrafos africanos).
Por último, están los sapeurs, seguidores del movimiento de la SAPE - La Societé des Ambianceurs et des Personnes Élégantes. Fundado por el músico congoleño Papa Wemba en los años 70's, la SAPE nació como una rebelión en contra de las políticas de "autenticidad" cultural propagadas por el dictador Mobutu (el mismo que derrocó a Lumumba). Bajo esta idea de autenticidad nacional, todos los congoleños debían usar ropas tradicionales del Congo como un repudio al "imperialismo". Papa Wemba dijo "ni mierda" y siguió usando los trajes de las más finas casas de moda europeas, volviéndose cada vez más exhuberante en su elección de vestuario.
Los seguidores de la SAPE son los sapeurs y es posible encontrarlos en muchos de los barrios de las dos capitales del Congo (Kinshasa-Brazzaville), incluso en algunos de los barrios más pobres de estas ciudades. Esto significa que no es para nada extraño ver a un tipo vestido con ropa valorada en miles de dólares al mismo tiempo que vive en una casa prácticamente en ruinas. Aquí es donde podemos criticar el materialismo rampante de estos sapeurs. Pero no lo vamos a hacer.
El punto es que la SAPE es una expresión cultural que incluso data de antes de Papa Wemba, desde la colonización existían africanos encantados con la forma de vestir de los europeos, por lo que es una más de las maneras en que los africanos han expresado su influencia colonial al mismo tiempo que se rebelan a sus condiciones de pobreza y a las políticas de nacionalismo cultural. Económicamente no tiene mucho sentido. Pero a los sapeurs no les importa. Solo les importa verse finos.
Aquí pueden ver un ensayo fotográfico acerca de los sapeurs por parte del español Héctor Mediavilla y aquí otro del italiano Franceso Giusti. Por acá hay un pequeño reportaje de la revista COLORS.
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