Hace unos días vi la aclamada cinta italiana Il Divo, basada en la vida política de Giulio Andreotti, siete veces primer ministro de Italia durante la Guerra Fría. Más allá de que todavía estoy debatiendo a lo interno los meritos de la película (pasé de considerarla superficial a tenerla como una de las mejores películas que he visto recientemente), me llamó mucho la atención la banda sonora compuesta por el italiano Teho Teardo. Después de darme una vuelta por su página web, me encontré con que también había compuesto la música para otra película tana llamada Lavorare con Lentezza. Un impulso me llevó a bajar la película sin saber nada de ella.
No voy a hablar mayor cosa de la película porque ese no es el punto de esta entrada. Basta decir que a la película la disfruté harto; bien actuada, con fino guión co-escrito por los Wu Ming (un aclamado colectivo de escritores italianos cuyos trabajos se ven muy interesantes) y con una cinematografía granulada y oscura que le da un toque de "viejo" que me vuelve loco. Fiel a la tradición de Wu Ming, cuyos libros están disponibles para bajar gratuitamente en su página de internet, Lavorare con Lentezza también se puede bajar sin remordimiento de conciencia (ja!) aquí.
En todo caso, todo esto lo menciono con el fin de apuntar que el principal tópico de Lavorare con Lentezza es Radio Alice, la primera radio clandestina "mao-dadaísta" de Italia que nació, vivió y murió en la ciudad de Bologna durante los años 70 y que se dedicó a esparcir el evangelio de la emancipación sexual, la lucha contra la explotación obrera (Lavorare con Lentezza, o Trabajen Despacio, era una canción favorita de la emisora que llamaba a resistirse al trabajo) y, no podía faltar, la revolución contra el mundo burgués. La emisora en general representaba los puntos de vista del movimiento autonomista italiano que tuvo gran auge en la izquierda italiana durante los años de la "strategia della tensione". La estación eventualmente fue cerrada por ordenes de los carabinieri luego de una serie de confrontaciones violentas en la Universidad de Bologna que acabaron con un estudiante muerto (evento que es retratado en la película).
Radio Alice, como muchas otras de las expresiones contraculturales de su época, buscaba provocar a los conservadores y llamar a un cambio radical en las relaciones económicas y políticas: las clases obreras, explotadas por tantos años, debían tomar el control del poder. Su gran contradicción radicaba en que la mayoría de los entusiastas colaboradores de la radio eran jóvenes burgueses que, después de recibir la mejor educación que el dinero pudiera comprar, decidieron rebelarse contra la sociedad que los había criado. Y una revolución liderada por pretenciosos burgueses arrepentidos nunca iba a poder funcionar. A las clases trabajadores poco les importaba Dada o Mao o el sexo libre o la música psicodélica. Y es esa falta de conexión entre ambos grupos lo que llevó al fracaso de muchos de estos movimientos contraculturales.
Pero si bien el valor político revolucionario de estas propuestas ha sido mínimo, siempre me ha llamado mucho la atención su carácter artístico-estético-cultural. Radio Alice podrá haber hecho poco o nada para encender los fuegos de la revolución proletaria pero, como se muestra en la película, era un brillante espacio para una creatividad excéntrica y un vanguardismo que no tenían cabida en los medios comerciales. De las radios clandestinas actualmente queda muy poco. El advenimiento de la internet le ha brindado amplias herramientas a las personas para comunicarse con el resto del mundo. Ahora todos podemos tener blogs, colgar videos, producir podcasts e incluso mantener estaciones de radio por internet. En los años 60's o 70's tales facilidades no existían por lo que subvertir el monopolio comunicativo que ostentaban la radio, la televisión y el periódico era todavía más difícil y exhilarante. Lavorare con Lentezza logra capturar las (des)ilusiones de estas aventuras radiofónicas de manera muy amena.
Aún así, la radio no está muerta. En zonas rurales y países en vías de desarrollo a los que la revolución tecnológica no ha llegado con tanto ímpetu, las radios comunitarias siguen siendo una de las más efectivas fuentes de comunicación alternativa de índole social, política y artística. Pero un mayor análisis de ese fenómeno quedará para otro momento.
Por ahora, lléguenle a la atmosférica música de Taho Teardo mientras se leen un libro de Wu Ming y mensajean a los amigos para invitarlos en la noche a ver Lavorare con Lentezza. Por ahí a lo mejor se inspiran y empiezan una radio, eh. Y si saben italiano, o simplemente les interesan este tipo de cosas, por aquí y por acá pueden encontrar más información y audio de Radio Alice, incluidos clips de su primera y ultima transmisión.
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