martes, 24 de febrero de 2009

Wendy and Lucy (Reichardt, 2008)


Año: 2008
Dirección: Kelly Reichardt
Guión: Jonathan Raymond y Kelly Reichardt
Actuaciones principales: Michelle Williams, Will Oldham (también conocido como Bonnie "Prince" Billy).
Links: IMDB, Wiki, Para bajarla

De forma sutil y física, la directora Kelly Reichard explora en su cuarta película la relación de una mujer con su perra y la asocia con las dificultades que enfrenta la clase baja estadounidense en tiempos de escasez económica.

Michelle Wiliams, cuyos rasgos faciales parecen haber sido creados con la intención expresa de representar a personajes sufridos, interpreta a Wendy, una joven mujer que se encuentra huyendo de su natal Indiana junto con su perra Lucy en busca de una vida nueva en la indómita Alaska pero que enfrenta cada vez mayores dificultades al quedarse varada sin dinero en un pueblo cercano a Portland. Los problemas se hacen mayores cuando Lucy desaparece en las afueras de un supermercado.

Durante toda la película, la cámara se enfoca casi que obsesivamente en Williams, observándola en todas sus actividades diarias, preocupándose por capturar cada una de sus reacciones y emociones ante los hechos que le acontecen. Esto es vital porque de ella conocemos muy poco, no hay flashbacks ni recuerdos; tan solo una breve llamada de teléfono a su hermana. Todo lo que sabemos de ella lo aprendemos al observarla desenvolverse en un mundo que se le plantea hostil.

En sintonía con lo anterior, poco dialogo y pocos personajes son lo que caracterizan a este drama naturalista, que si bien es minimalista conceptualmente (como ya se mencionó, la película rara vez deja a Wendy), es más libre formalmente al combinar diferentes tomas, encuadres y ángulos presentando diversas perspectivas de la acción que ayudan a darle el ritmo adecuado a una historia muy simple (aquellos con alergia a las tomas largas no deben temer).

La anterior película de Reichard (y la única que he visto), Old Joy, nos presentaba a dos hombres escapando de la ciudad para irse a un spa escondido en los bosques de Oregon. En esta película, Wendy y Lucy desean escapar de su realidad cotidiana en busca de la libertad pero esa misma realidad cotidiana se planta obstinadamente como una prisión de la cual es difícil salir. En tiempos en que la palabra crisis pasa a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano, este tipo de conmovedoras pero sutiles exploraciones de vidas al margen de una sociedad hostil se hacen cada vez más bienvenidas.

1 comentarios:

La Moviola dijo...

Muy buen manejo del cine: lista para abrirse a nuevas posibilidades, Reichard no duda en emplear algunas herramientas cinematográficas (tomas largas, o encuadres incómodos) prolijamente evitadas por la mayoría de las producciones comerciales.
Es importante señalarlo, no tanto por el valor en sí que tenga el film, sino porque representa una buena (sobre todo buena) alternativa a las narraciones holywwodenses a las que estamos tan acostumbrados.

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