domingo, 26 de septiembre de 2010

Cartografías Radicales

Mapa punteado de la ciudad de Detroit. Elaborado por Eric Fischer. Los puntos rojos representan a la población blanca, los azules la población negra, los anaranjados la población hispana y los verdes la asiática.

Hace algunos días me encontré con el flickr de Eric Fischer y su increíble colección de mapas punteados. Estos mapas lo que hacen es mostrar, con base en la información demográfica del censo del 2000, la distribución racial y étnica de algunas de las principales ciudades de los Estados Unidos.

Los mapas son interesantísimos, atractivos e informativos, mostrándonos de una manera directa y gráfica la naturaleza segregada de las ciudades estadounidenses. Detroit, ciudad de la que hablé aquí mismo hace unas semanas, es un caso paradigmático. El mapa (arriba) muestra claramente un centro mayoritariamente afroamericano (en azul) rodeado por expansivos suburbios habitados por blancos (en rojo). Aunque Detroit es un caso extremo, semejantes conclusiones se pueden sacar de las otras ciudades, incluso algunas que uno consideraría un poco más integradas como Nueva York y Chicago.

De hecho, fue un mapa punteado de Chicago, elaborado por Bill Rankin, el que sirvió de inspiración a Fischer para realizar sus propios mapas. Este mapa de Chicago cuenta con el agregado de que, no solo muestra la distribución racial, sino que también explora la distribución económica de la ciudad, lo cual nos enseña claramente que, por ejemplo, las zonas con menores ingresos económicos son aquellas dominadas por negros e hispanos mientras que las áreas más opulentas están pobladas principalmente por blancos.

Mapa punteado de la ciudad de Chicago. Elaborado por Bill Rankin. Medición del
nivel de ingreso per cápita, siendo los puntos de color azul los de menor ingreso y
los puntos de color rojo los de mayor ingreso.

Rankin, por su parte, es un historiador y cartógrafo de Harvard cuyo sitio web, Radical Cartography, se encuentra cargado de llamativos mapas que estudian desde los sistemas de transporte subterráneo estadounidenses hasta las posesiones territoriales en el Ártico, pasando por mapas circulares que buscan poner a prueba la hipótesis de la "dona" (la cual dice que las ciudades crean círculos concéntricos de riqueza y pobreza).

Llevo días obsesionado con estos mapas, intrigado por las posibilidades representativas que esconden. Una imagen vale más que mil palabras, dicen algunos, y este tipo de cartografía es una prueba gráfica y clara de las desigualdades raciales y socioeconómicas que se encuentran en las ciudades más importantes del mundo.

Sería interesante observar mapas parecidos pero enfocados en las ciudades de América Latina, África, Asia y Europa, para poder observar las dinámicas espaciales de diferentes zonas del mundo. Incluso sería interesante realizar un proyecto así con las ciudades de Costa Rica para descubrir el grado de segregación y suburbanización que ha venido sufriendo nuestro país. Sospecho que los resultados serían sorprendentes.

Aunque, claro, para eso primero tenemos que hacer el censo.

martes, 21 de septiembre de 2010

Cine en migración

Este mini-ensayo fue publicado originalmente hace unos días en el blog del Observatorio de Migración de Costa Rica. Lo reproduzco aquí con unas mínimas alteraciones.

El Norte (dir. Gregory Nava, 1983)

La migración es un proceso que suele ser desestabilizador y doloroso para aquellos que deben emprenderlo, los cuales se ven obligados a abandonar sus lugares de origen para arribar a países en los que muchas veces son discriminados o tratados como inferiores. Pero las migraciones también esconden un potencial creativo enorme, dando la oportunidad de que las tradiciones autóctonas de los migrantes y la cultura propia del país que los recibe se combinen de las maneras más interesantes, muchas veces creando expresiones artísticas enteramente originales.

El cine no escapa de esa tendencia. Solo basta con observar la vasta influencia en que tuvieron en los anales del cine directores como Fritz Lang, Billy Wilder y Ernst Lubitsch, alemanes que huyeron de la Alemania Nazi para afincarse en Estados Unidos y dejar una marca indeleble en la historia de Hollywood.

Hoy en día los directores migrantes y las películas que exploran el tema de la migración son más predominantes que nunca, en parte gracias a un mundo cada vez más globalizado en el que las fronteras se hacen difusas y la migración (legal e ilegal) se convierte cada vez más en un tópico de discusión común.

Tal vez una de las primeras películas contemporáneas en explorar el tema de la migración fue El Norte (1983), dirigida por el mexicano-estadounidense Gregory Nava, en la que un par de hermanos huyen de una Guatemala en plena guerra civil para tratar de encontrar un mejor futuro en “el norte”. La película combina elementos del realismo mágico con la “road movie” para presentar una visión por momentos optimista, pero finalmente trágica, de la migración ilegal hacia los Estados Unidos.

El director japonés-estadounidense Cary Fukunaga años después realizaría Sin Nombre (2009), una película de temática similar a El Norte pero que involucra elementos actuales como, por ejemplo, la pertenencia a las Maras.

Goodbye Solo (dir. Ramin Bahrani, 2008)

Ramin Bahrani
, un director iraní-estadounidense, es sin duda el principal exponente del cine de migrantes actualmente en Estados Unidos. Con películas como Man Push Cart (2005), Chop Shop (2007) y Goodbye Solo (2008), Bahrani explora las vicisitudes de diversos inmigrantes ilegales, ya sean pakistaníes, guatemaltecos o senegaleses, que intentan ganarse la vida de manera honrada en un ambiente muchas veces hostil pero que, finalmente, termina siendo un espacio para la amistad, la empatía y la superación.

En Europa, Fatih Akin, el director turco-alemán que recientemente fue el sujeto de un ciclo de cine en nuestro país, es uno de loso cineastas jóvenes más aclamados del continente. Reconocido por sus frenéticas películas en las que alemanes de origen turco se enfrentan a las diferencias culturales entre su nación de nacimiento y el hogar de origen de sus padres, Akin brinda una perspectiva diferente y fresca a un cine alemán que últimamente ha sido más conocido por explorar de su turbulento pasado político y militar.

La Haine (dir. Mathie Kassovitz, 1995)

Francia
se ha dado a conocer en los últimos años por sus problemas con la integración social y cultural de sus minorías migrantes, especialmente árabes y africanos. El cine de ese país no se ha mantenido al margen del tema y ya desde 1995 el director Mathieu Kassovitz impactó al mundo cinematográfico con La Haine (El Odio), una visión cruda y realista de la vida de tres amigos en los problemáticos y segregados banlieue a las afueras de París. Otros directores de origen africano, como el argelino Rachid Bouchareb y el tunesino Abdellatif Kechiche, han continuado resaltando en celuloide la vida de los inmigrantes y su contribución a la historia francesa.

Latinoamérica también tiene su sub-género de películas de migrantes, si bien no cuentan con el alto perfil de sus contrapartes estadounidenses y europeas. Ejemplos recientes de esto se encuentran en Bolivia (2001), del argentino Israel Adrián Caetano, un retrato neorrealista de un inmigrante boliviano tratando de ganarse la vida en Buenos Aires, y en El Camino (2008) de la directora costarricense (nacida en Rusia y de origen iraquí y chileno) Ishtar Yasin, el cual vuelve al formato de la road movie para presentarnos la travesía de un hermano y hermana que salen de Nicaragua hacia Costa Rica en busca de su madre.

El Camino (dir. Ishtar Yasin, 2008)

Estas últimas dos películas (al igual que varias de las otras aquí mencionadas) tienen finales que acaban en desdicha y falsas promesas. Pero una visión más optimista e idiosincrática se encuentra en Jonas Mekas, uno de mis cineastas preferidos. Mekas es un inmigrante lituano que se convirtió en una de las figuras principales de la escena avant-garde neoyorquina de los 60’s y 70’s. Sus filmes cuentan con la particularidad de que en realidad son collages de las películas caseras filmadas compulsivamente por Mekas desde el momento en que llegó a Nueva York.

Películas como “Lost, Lost, Lost” (1976) y “Walden” (1969) no solo son sirven como documentación de la escena artística de Nueva York de su época, sino que también son un registro singular de la experiencia del inmigrante en una nueva tierra, llena de oportunidades y de novedosas posibilidades de expresión.

Jonas Mekas y su cámara

Mekas es uno de los fundadores de Anthology Film Archives, uno de los archivos de cine experimental más importantes del mundo, y recientemente volvió a Lituania , en medio de una gran expectativa, para inaugurar el Jonas Mekas Visual Arts Center, el espacio de experimentación artístico más notorio de ese país del Báltico. Un ejemplo más del hijo pródigo que regresa triunfal a su país luego de alcanzar el éxito afuera. La esperanza de todo inmigrante.